domingo, 18 de abril de 2010

c'est la vie

Lloré. Atrapada en el espejo, encerrada en el fondo de la botella de rimel. Yo no sabía que verme a la cara podía ser tan duro cómo hablar en público.

Codo a codo, acostadas en el suelo, sentadas a la mesa. Amémonos un té.
Te encuentro distraída calculando medidas y preocupandote de más, como acostumbras a hacer. Intento abrazarte, pero querer abrazarte es como sostener agua en las manos. Más que imposible, efímero.

Te dije que te amaba mientras corrías. En ese entonces todavía usábamos pantalones de mezclilla y los días iban y venían con la acostumbrada calma de un tranvía aplastándonos los pies. Creo que te extrañé tanto que de recuerdos te volví a hacer, ésta vez tal cual siempre quise que fueras.

Acabas de hacer café y vuelves a mi. Yo no sabía que podías ser tan efímera como el agua que se va entre los dedos, mi vida. Yo no sabía que la vida podía ser así.

martes, 13 de abril de 2010

No te perdono

No te perdono no estar conmigo
No te perdono tus manos ni tu boca
ni la caricia inconclusa de tu voz en mi oído.

No te perdono ahora
lo que ayer no hicimos
ni lo que haremos mañana.
No perdono el silencio testigo
ni el prematuro asesino
de las palabras que callas
mucho menos el despiadado homicidio de la frase sincera.

No te perdono,cobarde
defensor de la moral en juego
ni valiente oportunista de la razón perdida.
No te perdono "te quiero"
indirecta premisa
ni el prólogo a tu silencio
ni el epílogo de tu risa.

lunes, 5 de abril de 2010

y esas cosas...

Creo que es un hábito indeseable,
o un tic nervioso o un aullido de agonía
leer poesía en el idioma en que habla
el hombre que amas.