viernes, 31 de diciembre de 2010

(paréntesis personal)

Estaba leyendo el blog de una amiga y aunque las reflexiones de año nuevo ya están muy trilladas hoy en día creo que tal vez la de este año sea la que más valga la pena. 2011 y sólo falta un año para el 2012 y no ese que yo crea que se va a acabar el mundo pero en definitiva el tiempo pasa cada vez más rápido, vivimos cada vez más rápido. 
He empezado a hacer mis propósitos de año nuevo y he definido mis metas para el próximo año, esta vez, a diferencia del año pasado en que 4 de mis doce uvas se fueron en desear adelgazar, estoy contenta con lo que he definido que quiero hacer. 

1) dejar de fumar
2) reír
3) aprender
4) amar
5) reír más

Este año fue un año de desapego, mi mamá me dijo todos los días del año que no hice absolutamente nada, pero está en un error, dejé una relación que no me hacía bien, dejé una carrera que no quería estudiar, amé muchísimo, me desgasté y aprendí que mi felicidad y mi bienestar es mi responsabilidad, me levanté y pedí ayuda y eso fue un avance enorme. 
Ayer pisé por primera vez en 10 años una iglesia, y no porque no hubiera ido antes, lógicamente me tocó ir a algunas primeras comuniones y bodas y misas, pero ayer sentí que necesitaba ir a la iglesia, sentí que necesitaba paz y pensé que aunque no soy partidaria de la religión, en ese lugar encontraría la paz que necesitaba. Así fue y prendí una vela por mí y una vela por ti. Pedí al Maestro que me ayudara a amarme a mi misma, porque hasta que yo no haga eso, no podré dejar de sentirme sola.

Así que mi meta principal es amarme a mi misma, mis propósitos son sencillos, y mis deseos son fuertes. Porque no importa cuantos años nuevos pasen, ni cuantas veces el reloj marque las 11:11, todos los días de todos los años de toda mi vida voy a creer: en las personas, en la vida, en el destino, en Dios, en las oportunidades, en los milagros, en la magia, en los amigos, en la familia, en el amor, en la voluntad pero sobre todo en mí.

Un próspero año nuevo a todos mis lectores y a todos mis amigos, que el año que viene esté lleno de más aprendizajes y tengo la esperanza de que todos tendremos la fortaleza para hacer frente a las señales que nos da la vida y cambiar para bien, cambiar para ser felices. 

Gracias a todos. 


jueves, 30 de diciembre de 2010

Tal vez la gente no es feliz porque tiene miedo de ser feliz. Porque no sabe como, porque está tan acostumbrada a no serlo que no sabe hacer otra cosa.
Y todo podría ser tan fácil si tan sólo no tuviéramos tanto miedo de cambiar.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Breathe

Me gustaba sobre todo recostarme en su pecho, no tanto por el sentimiento que me daba de que nada en el mundo pudiera ir mal sino por la simple seguridad que me dejaba el escuchar el ritmo de su corazón y de sus pulmones. Me encantaba recargar mi oído en su pecho y comprobar con cada latido que estaba vivo, que todo esto era real, me gustaba sobre todo escucharlo acelerarse cuando lo tocaba y volver a la normalidad cuando se me ocurría romper el silencio. El no podía decirme que me quería pero los latidos me lo decían todo.
“Podría pasar toda mi vida así.” – pensé, simplemente escuchando su respiración, su latir, simplemente comprobando con cada segundo que estaba vivo podía ser feliz. Claro que podía. Era así de fácil.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Credo

Te creo porque quiero creerte, porque tengo que creerte. Te creo porque cuando me preguntas por qué existo o por qué soy, la única respuesta en la que creo es que fui hecha para ti. Te creo porque en esas noches en las que estuve sola del otro lado de la cama te inventé. Te creo día con día te vuelvo a crear y a veces, cuando estás de malas o cuando estamos juntos y pasa la gente tengo miedo de que no seas real. Te creo porque en tu cama no duele el mundo, sólo dueles tú. Te inventé de retazos de vidas pasadas, te creé de personajes y de sueños, te hice de lo que quise ser. Y es que a veces cuando no estoy contigo te pienso tan fuerte y sé que de un momento a otro habrás de aparecer en mi puerta, gritando bajo mi ventana, en mi cocina, en mi cuarto o simplemente en mí. Te creo, porque te quiero te creo aunque tú no me quieras, aunque tú no me creas, aunque no sea a mí a quien tanto esperas.
Te creo, te quiero, te invento y estoy segura que en cualquier momento habrás de aparecer.