miércoles, 31 de diciembre de 2008

No te pido que te quedes

No te pido que te quedes, es más quiero que te vayas lejos, pero que me tomes de la mano y a donde vayas me lleves contigo.
Quiero ser tu equipaje,
convertir mi cuerpo en tu casa,
ser tu ama de llaves,
tu baúl secreto,
tu rincón de nada,
tu parte de todo,
la palabra que falta
y la palabra que sobra,
tu beso de buenas noches,
tu beso de buenos días,
la llama que te prenda,
el primer café que tomes,
el fuego que te queme,
la última cerveza que bebas,
la herida que más duela,
la mano que la cure,
el motivo de tu risa,
el vaho de tu aliento,
quiero ser de ti,
entrar en tu cuerpo,
y quedarme ahí.
Quiero que me veas y hundirnos en minutos,
que el tiempo se muera y aún nos miremos
pero no me mal interpretes, no te pido que te quedes, es más...
prefiero que te vayas lejos.

Fumame a mí

Yo no fumo cigarros, te fumo a ti, a ti que lo enciendes ingenuo pensando que por mi garganta sólo entra nicotina y alquitrán, pero eres tú.
Tú en bocanadas de noche gris amorfa que invade las vías respiratorias y se almacena en los pulmones, rompe con alviolos distraídos en olas de pasión intensa y me matas, porque sería utópico pensar que no haces daño, pero matas lento y sabe dulce y obtienes un placer casi enfermo al respecto y ¿para que mentirte? yo también. Te siento al llegar a ese rincón de mi pecho, al expulsarte consumirme entera, consumirte tú y vuelvo a meter el cigarro a la boca y me chupo tu aliento y absorbo tu voz. El humo nos nubla mientras los cuerpos se agotan hasta que sólo quedan dos colillas en el piso. Me miras, me ofreces otro. Pero yo ya no fumo cigarros. Fumame a mí.

Tú de mí

¿Sabes que es lo que más me gusta de ti? tu entrega, tu forma de hacer y no hacer las cosas, la libertad para hacer sólo aquello que quieres, para estar solamente con quien quieres estar. Yo no te conozco, te absorbo, me convierto en ti. Yo no te conocí, te soñé al mediodía, te suspire una mañana cualquiera y te fumé una noche sin luna.
Me acuerdo cuando tú no eras tú, tú para mí, y me acuerdo cuando yo no era yo, la yo sin ti. Recuerdo respirar un aire distinto, uno que no salía de ti pero para ser franca, no me acuerdo a que sabía.

Recuerdos

Otra vez escribo y las palabras que escupe la pluma dejan inevitablemente ese sabor a ti. Yo no sé, de verdad no sé porque siempre empiezan y acaban en ti. No es que te recuerde constantemente, simplemente no te olvido y te fundes en lo cotidiano. Te veo todos los días pero sólo a veces te reconozco.
Hoy la luz se filtró por mi ventana y el frío recogió sus cosas y se fue. Es de esos días claros y coloridos que no me recuerdan para nada a ti, entonces ¿Por qué te escribo? Tal vez es diciembre y la estela de tu nombre que se quedó en las noches de ese invierno y de todos los que le seguirán.
Sabes, finalmente se aprende a vivir con cualquier cosa y ya me acostumbré al repiqueteo constante de tu risa en el centro de mi pecho, ya no siento tu aliento cada vez que llueve ni recuerdo lo que se sentían tus manos sobre mi piel, y a veces me siento tan orgullosa al respecto que me digo "ya no lo quiero" y me lo creo, lo peor es que me lo creo todo, a pesar de que a veces caminando por la calle estalle en carcajadas que vienen como olas de la nada y ropmen entre la gente que me mira extrañada por haber recordado alguna incoherencia de esas que sueles o solías decir. Me defiendo pensando que no es a ti a quien echo de menos, sino la caída de tu pelo, las películas extranjeras, el corredor del arte, el whiskey de tu padre, los paseos por el centro comercial, las bromas de tus amigos, las pláticas existenciales, la cerveza entre dos, las figuras en el pavimento, la reja de tu casa y tu perro...
Sí, no te extraño a ti, extraño a tu perro.

lunes, 8 de diciembre de 2008

El último cigarro

- que bello es sentirte y respirar tu aire.

Eres cómo el último cigarro, tienes que fumarlo lento, inhalarlo suave, retenerlo el mayor tiempo posible y esperar que de alguna forma no se acabe.

domingo, 30 de noviembre de 2008

No puedo

He descubierto a través de años de intensivo análisis interno que mi color favorito es el blanco.
He burlado una fila de 30 personas en un banco
Puedo maldecir en 9 idiomas diferentes
Puedo doblar un tenedor con la mente
He hecho que el negro y el azul oscuro combinen
Me he burlado de todo lo que no se permite
He jugado con fuego sin quemarme
Puedo tronar mi espalda sin pararme
He jugado con el mercado de cambio
Me volvió a crecer la parte inferior del labio
He sido canonizada y excomulgada la misma semana
Agradezco nunca haber tenido una hermana
He sido llamada 15 veces en una noche
He lavado en menos de 20 minutos un coche
He discutido sobre la apertura de china en el desayuno y sobre la revolución francesa en la comida
Y He leído más de tres libros en un día
Puedo conquistar a las personas con palabras
He aprendido a hacer cinco veces más largas mis pestañas
He sobrevivido cuatro días sin dormir y sin volverme loca
Puedo hacer nudos con la boca
He pasado dos semanas sin comer y sin morir en el intento
Aprendí a vivir sin pensar en el momento
He bajado 25 kilos en dos meses
Me he muerto y he resucitado dos veces.
He besado a varios psicópatas y he salido ilesa
He bailado ebria sin caerme sobre una mesa
Puedo alcanzar la última gaveta sin usar una escalera
Hice amistad con la muerte sin morir en el acto
He aprendido a hablar con un poco de tacto
He descubierto que el té funciona mejor que los antidepresivos
Atendí a varios conciertos masivos
He descubierto que es posible reír y llorar al mismo tiempo
He sido un buen y un mal ejemplo
Puedo rescatar una materia perdida
Puedo comer una manzana en cuatro mordidas
Puedo aguantar 4 minutos sin respirar
Tengo el talento de oler e identificar
Sé cómo usar un taladro, sé cambiar un foco y abrir un tarro de mermelada sin ayuda
Sé dónde queda el triángulo de Las Bermudas
Descubrí que existen números que riman
Y que hay palabras que se suman
Puedo escribir un ensayo en 15 minutos
He ganado en pin-ball con más de 30 mil puntos
Vi todas las películas del padrino
Puedo nombrar por lo menos cuatro monstruos marinos
Me sé las capitales de todos los países de Europa
Lloré cuando los patriotas no ganaron la copa
He jugado ajedrez con el chessmaster
Conozco el contexto de las palabras “plaster caster”
He hablado con Dios y me he reído con el diablo
Aprendí que enamorarse no tiene nada de malo.
En poemas de Benedetti y Neruda me he inmerso
Y descubrí que no puedo escribir en verso.

martes, 25 de noviembre de 2008

Toquen Madera

Fue en un abrir y cerrar de ojos en el que encontré tu boca pegada a la mía, tus manos en mi cintura y el vaho de una noche de otoño clara y perfecta. Cuando me acuerdo un escalofrío me recorre en espasmos calculados que empiezan en los tobillos y terminan por sentirse en ti. Son esas olas de calor de verano que trae el aire frío de invierno y que nos congelan a los dos, a los dos que no sentimos los extremos entumecidos. Yo tiemblo pero no es de frío y tu tiemblas y yo no sé porqué.
Si le dije y le juré a todos que ya no, ahora me trago mis palabras una por una, pero esta vez no me saben amargas, me saben a ti. A los que huyen de ese viento de verano que abunda en los inviernos fríos, que juran y perjuran como yo. Toquen madera.

domingo, 9 de noviembre de 2008

hoy tengo muchas ganas de morirme

Me estoy muriendo y no te das cuenta, porque camino y respiro, te hablo y contestas. Soy un cuerpo inerte en el espacio, soy una mirada perdida.
Me muero y no te das cuenta.
Cuando me acuerdo que estoy viva, me acuerdo frente al espejo, entre gritos internos y sollozos controlados, las lágrimas a veces cortan como navajas ¿o eran navajas las que de lágrimas cortadas dejaban marcas?
Deambulo por pasillos vacíos y llenos donde entiendo que estoy viva pero hace tiempo que estoy muerta sólo no me había dado cuenta.

martes, 28 de octubre de 2008

Cuando se vayan todos

De mi diario personal (Gabrielle) 8 Autoexistente/28 de octubre

Hoy tuve el presentimiento de que voy a quedarme inevitablemente sola, al menos por un buen tiempo... a veces Gabrielle creo que voy a recaer, a recaer bien cabrón... cuando nadie esté conmigo, cuando me sienta triste y no haya a quien llamar, cuando fery de nuevo esté lejos en algún lugar.. y yo esté aquí estancada en esta misma ciudad, viendo estas mismas cuatro paredes cuyas sombras y grietas me sé de memoria. Cuando Greta esté estudiando en Barcelona, cuando Denisse se enamore de Mauricio...cuando yo no tenga más que hacer que ejercicio y ahogarme en libros y libros, de economía, de historia, de derecho, novelas, poemas... cuando me tome 15 pastillas de 250mg de ibuprofeno y nadie se entere y a nadie le importe, cuando me vea en el espejo y me grité y me canse de golpearlo y enfrentar la imagen que tanto repudio y que volveré a ver en huesos, en 34 kilos de soledad y vacío en formas de tallas 0. Cuando recuerde que no soy más que yo y estos libros, libros en los que vivo desde que tengo 5 años. No soy pesimista sé que no será así para siempre...pero a veces Gabrielle, me duele saber que los mejores años de mi vida, los pasaré yo sola. Quiero, necesito, deseo aprender a escribir, estudiar letras o cursos de escritura, quiero encontrar la estructura que le falta a mis frases, encontrar el sitio en el que deben ir mis metáforas. Necesito colocarme yo, madurar y que maduren las palabras, que se hagan hermosas...que se hagan hermosas ellas que pueden. Necesito aprender a amarlas más y que ellas aprendan a amarme porque por unos años más sólo nos tendremos mutuamente.

jueves, 16 de octubre de 2008

Ana

A veces me mira desde la ventana, es una sombra en el día, en la noche un fantasma. cuando se recarga en el alfeizar la siento en las rodillas, un temblor indefinidamente melódico que termina de rechinar en los dientes, si la dejo me quiebra y con todo y todo...a veces la dejo. De noche su mirada se reproduce en muecas de una boca torcida y yo sé que se ríe de mí, de mi intento inútil de verme bien, de mi gasto energético y mi disfraz de mujer. Y tiene razón, no soy yo en zapatos de tacón la que se esconde cohibida o la que evita la comida...la que vomita después. Ella se ríe porque sabe que soy y que no soy, porque le gusta sentarse y observar, emitir juicios en el tiempo. Ella es el caos en el orden compulsivo, es la figura que se detiene en sus vaivenes a mirar y gritar, gritar tan fuerte. Yo no puedo simplemente no escuchar, yo no puedo apartarme de su abrazo, ignorar su voz, ni olvidar ese cuerpo del que soy sombra en el día, ni esos ojos que me miran como a un fantasma en la noche, cuando su boca se tuerce y en su mirada perdida a veces reconozco mi propio reflejo.

No hay fin

Tal vez sea simplemente el día, hoy... y ayer, antier y mañana. Tal vez sea simplemente la humedad de una tormenta que se rehusa a caer, o tal vez nada más soy yo.

Me gustaría pensar que en una vida pasada fui un ser bello, estéticamente agradable. Un sauce verde en un valle perfecto, la última flor que resisitío al invierno, una canción de esas que se quedan adentro y se repiten una y otra vez. Pero yo sé que no.

Si no existieran espejos igual lo sentiría, y es que consiste en algo que va más allá de simplemente ver. Se siente la piel pesada, mi cuerpo se pinta en el epitalamo y comprendo mi figura como asquerosamente amorfa. Y siento mi cintura ancha, mis piernas cortas y gordas y mis brazos me estorban. No entenderías hasta no sentirlo, sentir el asco que viene con cada furtiva mirada al espejo, con cada retoque de maquillaje que inutilmente intenta hacerme entender que nunca me veré bien.

Si me pregunto porque, sé que viene más allá de la superficialidad, yo nunca leí revistas de moda... pero la belleza es algo que está ahí, que siempre ha estado ahí para contemplarla y desearle, para que yo no la alcanze nunca.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Extracto de mi diario personal

dimanche 12 octobre 2008

Miedo

Gabrielle,

El miedo carcome, moja las calles, se siente en el tiempo, en las horas, los minutos...en cada tic tac del reloj...y sé y temo pero sé. El miedo se apodera de mi a veces y no puedo moverme, ni pensar, ni correr. Son las sombras que corren, es la lluvia que cae ahora de una manera distinta, son velas que se apagan aún con las ventanas cerradas, soy yo... yo que sé.
Es la calma antes de la tormenta, Gabrielle,
algo va a pasar...
El viento me lo ha dicho.

viernes, 10 de octubre de 2008

Cosas

Hay cosas que no deben escribirse para que no sean constantes. Cosas que deben ser del aire para poder respirarlas, para no agotar su existencia...
Entran por los sentidos, recorren la piel de un cuerpo en forma de escalofríos.
Hay cosas que no pueden escribirse mientras permanezcan vivas, que no se plasman en la hoja porque las letras aún siguen vibrando en las manos, en la mente, en el cuerpo.
Y luego hay cosas que aunque se escriban... no se agotan nunca.
Cosas que sí y cosas que no
Cosas que tal vez podrán ser o no
pero que no se escriban, que no se acaben.

jueves, 9 de octubre de 2008

Todavía te Recuerdo

Sí, a veces te recuerdo, de vez en cuando apareces de entre las frases de alguna persona conocida o te veo en los ojos de algún extraño.
Si te preguntas...porque sé que lo haces...
Sí te recuerdo, recuerdo tus manos y recuerdo tu cuerpo, todavía me sé tu nombre completo.

Como olvidar tu risa, la nuestra, las horas y los días de sol o ¿era lluvia? que pasé en tus ojos, aquellos ojos que siempre me vieron con ternura. Para ti fui, fuiste también de mí y entendimos ¿escondimos? sentimientos de esos que se tienen sólo una vez cada determinado tiempo.
Y ahora te escucho, te leo, veo tu carro, siento tu aliento y sí, también me acuerdo del beso, el momento en que el mundo fue nuestro y te dije que no.
No y dolía, no y no cicatriza del todo porque estás, porque eres, porque fuimos y serás el hombre que más me supo cuidar... y te recuerdo segura de que en tus brazos, de que a tu lado no tenía que pensar, no tenía que pelear ni una guerra más... era un algo casi paternal con un deje de deseo y ese prohibido encuentro. De lejos te quise y cuando te tuve cerca te dejé ir, por tí, por mí y por todo lo que implicaba tenerte.
Yo sé que no hice mal, y sé que lo agradeces.
Pero...
Es solo que a veces todavía te recuerdo.

Presente de Otoño

Fue un octubre en que la escuché decirle por primera vez a alguien algo así.
"Te regalo la luna, pero déjala ahí para que todos la vean."
La miró y sus ojos brillaron como no los había visto nunca, después de eso se la dijo a mi padre y volvió a repetirlo varias veces más, nunca me lo dijo a mí. Yo entendí en ese momento que no regalaba la luna en sí, regalaba lo que estaba viendo, le regalaba el sentimiento... le daba la frase y su connotación, era más que un contexto.
Alguna vez leí que las cosas que se tienen, las que se ven y las que se aman pierden sentido cuando no tienes con quien compartirlas, y creo que es así...
Después de ese octubre regalé la luna, y regale la lluvia y el viento, regalé flores, frases, miradas y pedazos de libros.
Después de ese y varios otoños más era inminente que te conociera, que me vieras, que te viera, que leyera tus ojos, que comprendieras mis metáforas y me entendieras así, me quisieras así, a pesar de mí y a pesar de ti y de las circunstancias.
No te ofrezco explicaciones, y tampoco te he dado mi magia... pero sé que puedes sentirla.
No te ofrezco algo concreto, ni te doy mi cuerpo ni te doy mi alma... puedo compartirla.
No te pido más de lo que puedas dar y no necesito más de lo que espero.
Y sin embargo
cuando yo quería la luna tú me has dado el cielo entero.

viernes, 3 de octubre de 2008

Distante

Hay veces que me preocupa tu persona
Que no estés o que estés y no te sientas
Me preocupa que no hablemos o que hablemos y no digamos nada.
Hay momentos y hay lugares en que no te conozco
y me encuentro hablandole a un ser distante
Me pierdo en tus ojos lejos del mundo
y entonces no sé cual de los dos se fue.

Hay veces que me preocupa tu persona
Que no recuerdes o no me acuerde
ni de tu cara ni de tu cuerpo.
Temo que se rompa y se haga polvo,
Que desaparezca, que se pierda o nos perdamos
y no te vuelva a encontrar.

Hay veces que me preocupa tu persona
y como eres conmigo
Hay veces que me preocupa tu persona
y otras me preocupas tú.

martes, 23 de septiembre de 2008

Pronóstico del tiempo

Cuando el frío regresa lo siento en las manos. En olas que rompen en la orilla de mis muslos y mojan los dedos de los pies. Me encuentra sentada sola sobre el azulejo y se ríe.
Sale de tu boca y entra a mis oídos, se esparce hasta la medula y emana de cada poro para volver a ti. Se transforma en constantes sacudidas de mis piernas dolidas de tanto pisar tu recuerdo, tus mentiras y las frases que no te pedí, lo veo en tus ojos mirarme divertido mientras con tu magro paraguas negro pretendes cubrirme de la lluvia y del viento. Y nos burlan. Y se ríen. Y me dejas. Y me caigo, me levanto y vuelvo a pisarte para seguir de pie.

Cuando el frío regresa, viene de ti. Disfrazado de tristeza, embriagado de miedo, se prende del techo y se chupa el espacio. Sale de tu boca y entra en mis oídos, se esparce hasta la medula en forma de tormenta y se condensa en sollozos.

martes, 16 de septiembre de 2008

La primera botella

Creo que te conocí entre dolor y dolor de estómago, aprendí a amarte así, tus manos recogiendo mi cabello y te entendí en las rocas. Te vi en el reflejo de la mitad vacía de esa botella de whiskey.
Todavía cuando cierro los ojos me vienen las líneas de tu rostro a la mente y recuerdo cada arruga y cada gesto que solías hacer. Escucho el parpadear de tus pestañas con rimel y te extraño entre libros viejos y otro vaso de scotch…y otro, y otro sin ti.
Ella, sí ella, es una ella y parezco enamorada de ti, y lo estoy? O no estoy? O tal vez te amé como nunca amé a nadie porque nadie supo entender, entenderme a mí, escuchar el crujir de las paredes que se cierran, que me toman y me asfixian hoy sin ti. Tu cuerpo tirado en el sillón, el café oscuro, nuestros sueños futuros y el deseo de huir, de correr tomadas de la mano, de burlar al mundo, de pasarlos de lado, las ganas de sentir.
Creo que fue de retos, entre ratos y restos de tabaco y alcohol, donde empezamos a construir una idea más definida de lo que era la realidad. Antes de ti no tenía más que una gama rota de colores opacos desacomodadamente prendidos a mi piel. Y a medida que fuiste entrando, trago por trago a mi vida encontré que existía un impulso suicida que me obligaba a vivir y a morir después por ti ahora por mí y por nuestra vida juntas.
Está presente el calor de tu cuerpo y puedo sentirte junto a mí a casi un millón doscientas mil millas de aquí, ni me importa ni es preciso lo que la gente piense cuando te llamo y te digo que te amo y que espero una eternidad por ti, porque estoy sola, porque fuimos y somos, juntas y locas, desenfrenadas, apasionadas y astutas, dueñas del mundo en la cima del tiempo.
Antes de ti no tenía más que media botella de whiskey, ahora es media botella por recorrer. Media botella por beber juntas de la media botella que viví sin ti.

Tengo la manía de:

Abrir demasiado los ojos cuando miro a la gente,
morderme el labio cuando estoy pensando,
desayunar sólo café con galletas,
cargar siempre un diccionario;
desinfectar los baños públicos,
mirar de repente al vacío
y leer poesía en el baño.

Tiendo usar clips de colores para mis trabajos,
contar las calorías que como,
anotar todo en una libreta,
reír en el momento más inadecuado,
llorar cuando nadie está a mi lado,
levantarme tarde cuando llueve,
tomar leche caliente con brandy en la noche
y a ponerle canela a todo

A veces olvido prender las luces del coche,
y siempre quiero que las cosas se hagan a mi modo,
Suelo ordenar mi ropa por colores,
y distinguir los libros por olores

Tengo la manía de morderme las uñas,
y de jugar con mi pelo.
Tengo la manía de hablar cuando duermo
y de pensar en ti cada vez que despierto.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Pila para el reloj de pulsera

A veces quisiera poder tener siempre los ojos abiertos y no perderme un segundo de este techo, un centimetro de estas paredes. Quisiera verlo y entenderlo todo sin desperdiciar un gramo de aquello que existe para aprender.
No dejar un minuto solo ni un milimetro de vida sin recorrer, sin exprimir hasta la última gota de sol que pueda dejar entrar esta ventana. Y esta aula vacía, blanca y superflua, artificial numero imaginario, se pinta en mi cabeza con brochas de verbos conjugados y una presentación power point.
Me enfrento a la pizarra limpia, verde mi día y la ausencia de todo lo que se supone que debía de hacer. No me perderé nunca ni se borrará de mi memoria los rayones de este banco y las miradas vacías de adolescentes hormigas... yo no quiero perderme ni un minuto pero mi reloj no tiene pila.

4 de la mañana

Despegué mi cara de la almohada pero tu voz seguía aferrada a mi pelo, callendo junto con mechones sin ningún orden, sin rumbo fijo.
Ya no puedo dormir.
Los verbos no tienen un lugar en el tiempo y mi pluma no fija una hora en la cual despertar, es la tercera noche que me encuentro a mi misma sentada frente al escritorio escribiendo de ti.
Has llenado el vaso encima de mi cama y sin que yo me percatara me tomé tus frases, me inunde de ideas. Creo que ya formas parte de mí. Ahora tus palabras se acuestan conmigo y tu mirada acaricia mi piel.
A veces desgarra por dentro.
Te volviste el aire de una habitación pequeña, las letras se pierden en el vacío y ya no puedo dormir.

sábado, 30 de agosto de 2008

Donde estés

Se fue
Lloverá toda la semana
Se fue
Pero las almas no se separan

Nuestros vientos viajan juntos.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Sonata en Mí

En las cuerdas podía ver por breves instantes pedazos de alma que se aflojaba con el tiempo, por eso había que tensarlas cada semana, tocarlas para que no olvidaran que tenían que servir. Con el arco tomaban vida y me dejaban sentirlas, reír o llorar con ellas sin necesidad de un gesto o alguna señal que delatara que estuviéramos sintiendo. Ahí afloraban mis deseos y mis temores y se escuchaban resonar en el espacio, chocar contra las paredes y darse duro de nuevo contra mí, en mí, en su caja de madera que resonaba, repicaba con cada lágrima que dejé salir de vez en vez.
Envidiaba su música porque cuando tocaba dejaba de ser yo para convertirme en él, para mezclarme con las cuerdas, con los instantes en La y los momentos en Mí donde nacía de nuevo y comenzaba a crecer entre el Sol y la lluvia que siempre caía cuando tocaba más de lo que tenía permitido.
Las curvas y el color entre marrón y guinda, que nunca tuve y nunca tendré…entre los pedazos de mi alma y las cuerdas, me sentía tan fea, tan fea y tan llena de ti y de ella. Por momentos no importaba que era ni que sería porque estaba ahí, oculta entre las melodías, detrás del instrumento que se recargaba en mi pecho como dolido y desesperado, pidiéndome con ansias que hiciera algo más de él, algo más de mí.
Y lo dejé, lo dejé porque tenía miedo de juntar los pedazos de esa alma que me parecía tan ajena, porque tenía miedo de perderme entre sus cuerdas, de opacarme con sus curvas, de dejar de vivir. Escuchaba tu música, por momentos me olvidaba que eran mis manos sobre tu cuerpo las que hacían que de acordes y notas sueltas empezara a llover, cada vez que en Mí vibraba tu Sí.

viernes, 22 de agosto de 2008

Ya Te Extraño

Un vaho a llanta quemada trajo la ráfaga de viento que entró por la ventana. Me trajo las imágenes del día, las viejas y las recientes, la noche que acababa de empezar. En algún callejón un desechable fumando su último porro, una esquina más al este vendería su alma por la última dosis de heroína que se inyectaría en su vida. Ahí en los muros de la vieja escuela secundaria cuyo estilo artístico aún el dueño no lograba entender, hombre contra mujer, los gatos y las criaturas rastreras a las que los gemidos mantenían a margen. Más al sur un robo, más al suroeste yo. Yo sola, yo leyendo, yo que deseaba fumarme ese porro, yo que no recuerdo la última vez que bese a un hombre, yo que con suspiros inútiles imaginaba ser parte de ese mundo, este mundo, el mundo aquél del que nunca fui y nunca seré, hoy puedo ver el ritmo de la ciudad, sus notas y sus versos desde un tercer plano, como un avión que vuela lejos hacia ningún lugar.
Ahora mis botas levantan gotas de lluvia olvidada y acumulada en los rincones de las callejuelas del centro, saltan como grillos del pasto huyendo del paso extraño de algún invasor. Siento sus miradas indiscretas recorrer mis medias hasta toparse con mi mirada perdida en el horizonte, de vez en cuando volteo y los miro, y ellos con la cabeza gacha se escabullen de vuelta a sus instantes. Atravieso la primera avenida hacia la macro-plaza y esperando el semáforo de peatones me encuentro frente a frente con otro de aquellos fantasmas, con tono vulgar esboza una sonrisa pervertida y produce algo como un susurro que pretende inútilmente ser atractivo
“Hot dogs para ti, deliciosa?”
“No como carne, gracias, hasta luego y buena suerte”
Y entonces sus gestos cambian como quien comete un grave error de juicio, me gusta verlos a la cara y responderles directo, hacer contacto visual, retarlos a que me falten al respeto, la mayoría de las veces funciona. Entonces me doy cuenta que la mayoría son sólo entes que buscan algo de atención, una chispa de ese calor humano, una sonrisa cortés, un encuentro real o algo que los devuelva de esa asquerosa pesadilla rutinaria en la que se ven metidos día tras día. A través del parque hasta la tienda de la esquina de la calle del museo metropolitano, miro el aparador y no puedo evitar sentirme algo ridícula por tanta indecisión, finalmente tomo una soda de dieta y me dirijo a la caja.
“Algo más?”
Camel amarillos dictó mi mente pero las palabras se negaron a salir, hace tiempo que fumar no va en armonía conmigo, sin embargo a veces siento nostalgia de la seguridad que podía abrazar tan solo de rozar mi labio con el filtro.
“Algo más?”
Y si estaba perdiendo su tiempo que más daba? El tiempo no es más que una división de un espacio que solo puede entenderse en conjunto y sin embargo la vida es muy corta para dudar.
“Camel amarillos, por favor”
A veces me doy asco.

Me senté contra la pared del museo y miré desde ahí su estructura vieja y simple. No era un edificio bello y sin embargo poseía cierto encanto que supuse comenzaba en la palabra museo y terminaba en las oxidadas rejillas que cubrían las ventanas. Los recuerdos llegaron con el humo del primer cigarro que encendí, formando olas en mi cabeza que rompían en mis pulmones, de entre humo y suspiros no supe cual ocasionó mi tos. Con los ojos llorosos saqué de la bolsa la lata de industrializadas toxinas que me disponía a consumir, altas en fenilalanina y bajas en calorías producto de coca-cola & company. Alguna vez en este mismo museo me senté contigo y otro cigarro igual, desde la ventana del avión de mi tercer plano, nos recordé algo tomadas, tú con el estomago lleno de pizza vegetariana y el mío rebosante de agua mineral, cerveza Light y cacahuates furtivos, los mismos ojos llorosos de tanto haber reído sobre alguna incoherencia que hubiéramos dicho y que sin embargo comprendía toda la sabiduría de las dos y enfrascaba el universo en una serie de palabras que nadie más logrará comprender.
“Güey, tu cara de licuadora en celo!”
Para ser sincera no recuerdo nada de esa noche, nada que no fueran tus medias de color púrpura electrizante y el vestido de flores que te queda tan lindo. Podía pasar horas mirándote cual adolescente enamorado, estudiando tus facciones e hirviendo de envidia, siempre disfruté de ese remolino de sentimientos que jugaba conmigo cada vez que te pintabas los ojos o te recogías el cabello bonito, tu nariz me causaba tanta envidia y a la vez me maravillaba que una mujer tan hermosa pudiera ser mi mejor amiga. En realidad no hacía falta que te aplicaras ningún tipo de sustancia o pigmento maquiavélicamente diseñado para que lucieras poco menos que perfecta con sólo un retoque, aún en mi sala con una camisa gigante y un pantalón mío de pijama que de seguro te llevaste, me parecías como sacada de un cuento y eso me inspiraba a seguirte amando, a seguir viviendo y a cocinarte tacos de frijoles con queso panela. La primera noche que lloramos juntas fue suficiente para saber que me reiría contigo el resto de mi vida.
El claxon de un taxi me devolvió al cigarro que se terminaba de quemar en mi mano, apuré el último trago de soda, que como con el alcohol siempre es el peor y me dispuse de nuevo a seguir mi camino, aún tenía los ojos llorosos y de entre el humo y los suspiros no me pude decidir.

jueves, 14 de agosto de 2008

Otra vez tú

Me di la vuelta y en tu lugar estaba el frío y una arruga en la cama que evidenciaba tu huída. A veces cierro los ojos y puedo verte escabullirte de la habitación, de puntillas cual ladrón o rata de alcantarilla. Eras lo más bajo de mis errores, el siempre de mi nunca y ahora el nunca de mi jamás, aún así te rogué, te lloré, te observé ir y venir y hacer de mí lo que fue tu antojo.
Dime ¿te divertiste?
Ahora que me doy la vuelta y me pega tu frío, pinto tu cara con todas sus marcas y arrugas que hacían de tu sonrisa algo impecable, no entendí y no creo poder hacerlo algún día, tus no y tus sí, tu puede ser algún día, las promesas de aire que aspiré como si fueran los últimos átomos de oxígeno que le quedaran a esta vida. Te fuiste sin más, como cobarde, como el más ruin de los canallas, alegando que corrías a otros brazos cuando en realidad huías de mí hacia ningún lado en particular.
Ya te lo dije una vez mientras me di la vuelta, haz lo que quieras, sin embargo me preguntas constantemente en mi cabeza “¿porque regresas?” y de mis recuerdos surge tu estado etílico acurrucado en mis brazos cual niño enfermo, otra vez curando tus heridas, otra vez corriendo hacia ti, te miro una última vez y espero que esta vez de verdad sea la última cierro los ojos y respondo a tu pregunta.
Porque estoy estúpida.

sábado, 28 de junio de 2008

cuando habla el viento

Hay días en los que el viento habla, días de sol y de soledad, noches de aburrimiento y constante sonrisas irónicas dedicadas a nadie en especial. Mientras corro hacía esa línea fija al sur me doy cuenta que no te necesito ni te necesité nunca, el viento se lleva los recuerdos y me los traerá de vuelta cuando vuelva a hacer frío para reírnos de ellos entre copas infinitas de vino tinto. Hoy el viento me gritó y me he dado cuenta que aunque mis piernas se mueven siempre he estado parada en el mismo lugar, hoy avancé de nuevo, hoy estoy más lejos de ti y de esta ciudad. Doy un paso más y ya no puedes alcanzarme, no me encuentras, no te veo y ya no quiero mirar atrás, nunca supiste escucharme ni a mi, ni al viento, ni a mis estrellas, te ahogaste en tu vaso de agua, te perdiste de la vida, te amarraste a un árbol e intentaste hacer lo mismo conmigo pero ni tu, ni tu sociedad en decadencia pueden quitarme las ganas de creer, de gritar y de correr tan lejos...
Mientras el viento sople no estoy perdida, si hubieras prestado atención sabrías que tengo el mundo en la palma de mi mano y que el universo cabe dentro de la garganta de un gnomo.

jueves, 19 de junio de 2008

Conmigo, sin ti

Si me pongo a pensar…seré la única que haga este tipo de cosas?
Salí del cine a las diez, sola, fui sola. Sola porque ya me harté de esperar y esperar a cualquier persona, a ti, a él…detenerme y esperar, llorar y esperar, reír y esperar, esperar sola.
Ya no quiero hacerlo más, ya me harté de buscarte y que no contestes, ya me harté de llamarte y que me cuelgues, ya me harté de esta ilusión que juré tan real.
Pues no me esperes, no llegues, no me busques más, ya no me importas tú, ni él, ni lo que pueda pasar.

sábado, 7 de junio de 2008

No dueles, si duele no eres tú.

Eres como una cueva
Y porque eres sobrevivo
Perdón pero te necesito
A veces
No dependo
Te necesito a veces
Y no me dueles
es que duele todo lo demás
eres Clonazepam.

Tirado en el piso

Yo sola, yo noche, yo humo y la estrella en la que estoy, no estoy, no siento. Tú gritando por dentro, él tirado en el piso. No te veo, no lo escucho.
Humo, fuego. Humo, alcohol. Humo yo gris disperso. Risos negros, vómito ajeno y tú limpiando, amando, tirando tu alma a la basura otra vez.
Esto ya lo viví. No soy, no fui, no estuve. Tú lloras, yo canto, tirada en el piso mi esperanza rota y tu corazón partido. Me ves yo sola, tu noche y mi estrella entre gris disperso.
La esperanza rota y nuestro corazón tirado en el piso.

martes, 3 de junio de 2008

Sin saber que decir

Los espacios vacíos, mi vida, se llenan con alcohol.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Cuatro muros

Cuatro muros que van tragándome de a poco, me miran inquietos, me esperan. Cuatro muros que escuchan mis historias sin sentido y se van cerrando cada vez más, a mi alrededor, conmigo, no sé.
Cuatro muros y una ventana pintada en la mitad, la gente pasa y las persianas no se cierran jamás. Me desvisto y miro lo que podría ser una calle eterna, correr tan lejos tirada en la cama. El suelo y sus rompecabezas interminables que ya son tan fáciles de armar, los muros curiosos no pueden dejar de ver, la ventana impaciente espera.
Cuatro muros, una ventana y un balcón a medio abrir. La calle interminable y el árbol de enfrente. Baja, corre, grita, besa y vive de una vez.
Cuatro muros envidiosos que me miran con rencor. La casa se cierra más y más, sus rejas se alzan en defensa de la ciudad y su gente, no te espero. No te espero ni un minuto más y corro tan lejos tirada en la cama…

miércoles, 21 de mayo de 2008

Que triste

Miré largamente el contenido burbujeante y amarillento del vaso que tenía en la mano, sé que fue un momento en estos pasados seis meses, pero no puedo recordar exactamente cuando dejé de sentir el alcohol, cuando dejó de quemar mi garganta...
"Sabe tan bien."
Me senté en el muro de aquella terraza, el aire pegaba fuerte, el humo de mi cigarro se disolvia en las luces de una ciudad demasiado vacía, no porque no tuviera movimiento, si no porque este mismo tenía una naturaleza vacía y desgastada, opaca y sin sentido.
"no entiendo como hay gente que puede vivir así, vivir pensando que sólo existen en el mundo."
Pasaban dos chicas más o menos de mi edad.
"Míralas, se ven tan perdidas."
A veces lo pienso y me parece tan triste como la gente puede vivir pensando que existe un límite para lo que puede hacer o decir, para lo que puede sentir y expresar...
"nunca podría vivir de esa forma, simplemente porque no sé cómo, para mi "límite" es una palabra que no existe. Como pueden dejar que el mundo y la sociedad les diga hasta donde pueden llegar?"
"Nadie se los dice, ellos mismos lo crean, el rango de lo que pueden hacer está dentro de sus cabezas."
En noches así, cuando lloro algún amor perdido me doy cuenta que la vida tiene un plan más grande que él que yo tengo para mi misma.
"la vida es un juego de poker y el destino reparte cartas por igual, pero hay gente que entra a la jugada y hay gente que decide pasar."
"..y luego hay gente que pasa por que pasó el de al lado."
Yo siempre voy a estar bien, desde que te conozco lo he repetido unas cien veces, es porque es verdad. Yo siempre voy a estar bien, contigo o sin ti, en cualquier situación, en cualquier posición, en cualquier lugar, porque aunque me acuses de tener 18 años sé mejor que tú cómo funciona la vida.
"Sabes fery, yo siempre voy a entrar a la jugada, siempre voy a apostar. Porque si pasas tu vida pensando en conservar lo poco que tienes al final te das cuenta que la vida se trata de perder y ganar una y otra vez, es un ciclo que siempre sigue, si dejas de jugar, dejas de ganar pero no por eso dejas de perder."
Vivir no es hacer planes infinitos, planes A,B,C...Z. Vivir es el momento, es tomar lo que tienes y trabajar con eso, jugartela, explotar, sentir, besar, gritar sin pensar que todo va a acabarse en cualquier minuto. Nada dura para siempre pero si vives pensando en como prorrogar la felicidad...cuando vuelves a abrir los ojos te das cuenta que era cuestión de ese momento que perdiste pensando.
"Que triste...me da tanta tristeza ese tipo de gente, que ven la magia en las cosas y se abstienen de creer."
"claro que existe, la magia esta ahí, está en todo, si digo "quiero que llueva", llueve, si digo "te quiero a ti", te tengo, para siempre, por una hora o por un mes pero te tuve. Existe, claro que existe a pesar de que él no pueda verlo, intenté mostrarle, le prometí magia y la hice, pero no puedo hacer nada si el cierra los ojos para no verla, eso ya no depende de mí."
"Que triste, tener lo que quieres en las manos y no saber que hacer con eso, rechazar las cartas, las oportunidades, vivir limitado por ti mismo."
Yo nunca voy a quedarme sentada, nunca voy a dejar de vivir...
"Que triste.." fue la frase de esa noche.

martes, 13 de mayo de 2008

Mágico

"¿Qué piensas?"
En realidad mi mente se encontraba en blanco. Todo en ese momento me pareció extraño. El cielo que se abultaba sobre nuestras cabezas, las gotas que se esparcían a su gana por el cemento y el paraguas que no se quedaba quieto, no tenía nada de triste pero tampoco me pareció cómico. Eramos tu y yo. Me reí.
"Mi elemento es el viento, sabes? Tú eres Cáncer, eres agua."
"¿Que piensas?"
En ese momento me pareció ajeno, el viento, la lluvia y el paraguas negro.
"Ayer pedí lluvia recuerdas?"
La magia existe.
Eramos tu y yo, el viento que esparcía la lluvia.
"Algún día te darás cuenta? La magia existe."

viernes, 9 de mayo de 2008

Victoria,

¿Me recuerdas? Soy tu segundo nombre o lo fuí alguna vez. Tu eres la mujer de porte extraño y ojos perdidos ¿no es así? Sí, tu nombre era demasiado fuerte.
Recuerdo cuando teconocí en el vientre de tu madre. A veces llorabas piedras de colores, adiviné que tendrías la sonrisa chueca.
Victoria, tenía que escribir en libretas pequeñas para que pudieras leer. Fueron 22, lo recuerdo bien por ser un número par, nunca me gustaron pero no pude escribir ni una más porque las letras se atoraron en la pluma, después tuve que sacarlas con alfileres. 22 cartas te mandé, un paquete de chicles y siete hormigas por si te faltaba que comer.

Hace un mes compré un gato con el sólo propósito de que vomitara pelo para hacerme una peluca que ahora cubre los pedazos de mi craneo que se quedaron sin pelo el día que enloquecí. De las dos siempre fuiste la más bonita. Me invitarás a tomar té este invierno? Se me hace tarde, las hojas ya se empiezan a caer y las noches se amontonan otra hora. Leí un cuento que me recordó a ti, iba a mandarlo junto con el verano pero el día que se fue mis manos se sentían secas y no me levanté.

Perdóname de nuevo, sé lo mucho que te enoja. Ésta es la número 26 pero ya no puedo escribir ni una más. No me acuerdo si eras tú o yo o las tres las que odiaban ese número par.

miércoles, 7 de mayo de 2008

A un lado del camino

Desde el lodo pude ver la luz filtrarse.
"Niña no te caigas." le pedí a tus ramas que no me dejarán caer.
Un metro y medio después tus lágrimas me bañaron por completo.
No sé si te dije, pero en realidad odio mi pelo cuando los días están nublados y ayer se veía peor que de costumbre. Los pájaros se burlaron de mí y tu eras una voz distante que no quería acercarse.
Muchas veces vi tus manos temblar como temblaban las hojas, a veces me gustaba pensar que un suspiro podía sacudirte por completo, te susurré al oído.
"no me dejes" pero a veces puedo hablar muy bajito.
La ciudad me miró con ojos de envidia, mientras caminaba por la calle mojada, despeinada y sin destino. Los perros, los gatos y uno que otro comentario obsceno, tal vez no sé que soy pero estas son mis piernas y sigo andando.
Por la calle mojada y sin destino, a veces me detengo a un lado del camino y espero por ti.

domingo, 4 de mayo de 2008

Efímera

La miré a los ojos y le dije que la amaba; después de eso no la volví a ver.
Siempre fuiste así y me lo dijiste desde el principio.
"Mañana no estaré aquí" y no estuviste.
Impredecible, esporádica y efímera.
"Dame una razón para quedarme." nunca aprendiste a quedarte en un sólo sitio.
Tuve miedo de amarrarte.
"Tengo que correr" tardé en darme cuenta de que querías que corriera contigo. Ya no te puedo alcanzar. Yo me acostumbré a estas cuatro paredes, tu tenías que volar.
Tuve miedo de amarte.
"nunca sabes que pasará conmigo." fuiste mi torbellino.
Impredecible, esporádica y efímera.
Niña donde sea que estés, vuelve.

miércoles, 30 de abril de 2008

Un sueño

Los rayos UV me vieron subir la escalera, penetraron en mi piel, se infiltraron en cada célula. Otro día más, el mismo piso de cada miércoles, esto ya lo viví antes. Veo el contraste del follaje contra el cielo, te busco y no estás.
No existe una explicación, no hay una respuesta; quiero correr.
Cerré los ojos y el mundo se volvió gris, cuando desperté el día me había dejado tumbada sola en una cama triste; sin ti.
Ahora me encuentro afuera del consultorio de una siquiatra demasiado cerrada para entender lo que quiero, tengo un cigarro en la mano y llevo una pinza en el pelo que recoge a medias la maraña de ideas que se han aclarado con en el tiempo.
Nunca fui bonita y el dolor tatuó su nombre en mi cara.
No sé que viste en mí pero fue una mentira.
Dijiste que era una mala broma del destino…no sé que viste en mí pero fue una mentira o simplemente un sueño.

sábado, 26 de abril de 2008

Fragmento de una carta (2002)

...había olvidado que te prometí que te escribiría sobre mí, bien escribir es lo que se hacer mejor, al menos eso creo. No sé cómo realmente sólo empiezo a escribir y las palabras se convierten en sentimientos y todo fluye, es como un río dentro de mi que desemboca en una hoja de papel.
Supe escribir antes de saber hablar, fui esa niña que nadie aguantaba porque rayaba todas las paredes, hacía cosas sin sentido, garabatos cualquiera pero yo juraba que decían algo, al menos para mi significaban algo. Aún hoy hago lo mismo, para serte sincera no sé que sería sin una libreta y un lápiz o una pluma. No es un secreto que nunca tuve muchos amigos, y nunca nadie tan fiel como mis miles de libretas, pero más que amigos son mi mundo, es mi mejor intento por vivir fuera de los ojos de los demás, no sé si lo entiendas.
Verás, sé que no podrás entenderlo todavía pero trata de creerme cuando te digo que mi vida nunca fue mía. Mis libretas decían todo acerca de mi y de mi mundo. Por decirlo de otra forma, lo que escribo es lo que de verdad soy, el resto es una pantalla, una máscara que uso para merodear por el mundo y hablar con las personas. Precisamente por eso es tan importante, vivo dentro de lo que escribo el resto es un personaje que asumo, y cambia de acuerdo a la situación. Verás, siempre he intentado inventar toda clase de historias. No te miento, he empezado como mil cuentos y novelas, pero lo raro es que nada de lo que invento me sale bien, no soy la clase de escritora que puede crear mundos mágicos con toda clases de cosas fantásticas en ellos.
Soy la clase de escritora que escribe porque tiene que vivir de alguna manera, escribir es mi forma de ser auténtica, el único momento en el que soy yo y nada más.

jueves, 24 de abril de 2008

Tentando al destino

A veces me miro en el espejo y me pregunto, que vas a hacer conmigo. Antes te tenía miedo ahora solo espero que me des un motivo para quedarme y esperar. No sé que hiciste en realidad pero te metiste en mi cabeza y dejaste un pedazo del mundo cuatro siglos atrás, hoy quiero que me cuentes tu historia.
No quiero pensar y no quiero saber que estoy sintiendo, tampoco quiero ocultarlo. Un escalofrío me recorre desde la nuca hasta los talones cuando dices mi nombre y pretendes que no pasa nada, no pasa nada? Tantas veces te dije que no me tuvieras miedo, ahora soy yo la que tiembla constantemente. No me atrevo a pedirte que no me dejes, estará implícito en mi mirada y con suerte te darás cuenta. Sí las constelaciones no quieren que estemos juntos, si el destino parece demasiado absurdo creo que debes saber, voy a reacomodar el cielo, voy a tirar los dados y voy a sacar un seis.

viernes, 18 de abril de 2008

Por si me muero hoy

El tiempo nunca volvió a ver algo tan grotesco como ese día en el que abrí la puerta y su corazón había explotado, había pedazos de ella en las paredes, habían nombres tirados por todas partes. Nunca nadie supo que pasó, se buscó un culpable pero no se encontró ninguna solución.
Tenía 18 años, la gente lloró pero no dejaron de olvidarla. Nadie la conocía y dudo que el interés que se propagó rápidamente en la ciudad implicara algo más que morbo. Cuando los médicos llegaron hubo una ola de nausea que cruzó por la puerta de salida y se sintió hasta Malasia. La gente se tomaba de los hombros, se recogían el pelo, se apoyaban en las paredes y vomitaban una y otra y otra vez, mucha gente murió esa noche a causa de la deshidratación.
Ella sonreía desde el suelo pegajoso en el que se encontraba tirada envuelta en una coagulante sustancia que impregnaba el espacio de un olor metálico por lo que no era esto lo que ocasionaba el olor nauseabundo, este emanaba del interior de su alma donde todo ya estaba podrido. Antes de morir me llamó, el teléfono sonó dos veces y colgó pero dejó un mensaje en la bandeja de entrada del computador.

"Y si me muero hoy que el mundo sepa que exploté de tristeza, de amar tanto me sequé por dentro y ya no queda nada que se pueda rescatar. Y si al fin muero hoy quiero que la gente entienda que la vida es poco menos que un juego y el mundo da tanto asco por que no importa que tanto quieran ocultarlo al fin de cuentas sólo hay mierda."

miércoles, 16 de abril de 2008

A mí:

Nunca terminé de entender.
Las sabanas frías salpicadas de estrellas a mil años luz. No las pudiste alcanzar.
A veces me sonreías y por momentos creía saber que pensabas. Entre la maraña de nudos de tu cabello que brilla sólo cuando el cielo es azul se atoraban las palabras que nunca salieron de tu boca porque aprendiste a hablar por los dedos.
Niña, fuiste una camisa de cuadros demasiado grande de un hombre que nunca existió, eras ropa interior blanca y un sostén talla 32 para el que nunca fuiste suficiente.
A veces te observo desde lejos, en realidad nunca imaginé que tan sola podías llegarte a sentir. El pasto era demasiado corto, la escuela estúpida y vacía, traías un libro demasiado pesado en la mochila razón por la cual nunca aprendiste a usar zapatos de tacón.
Recuerdo cuando intentabas maquillarte y tu mamá te miraba sin motivo alguno, nadie te enseñó a ser mujer, fuiste sólo un vago intento.
Las horas de la madrugada a las que te costaba tanto trabajo alcanzar, llegaron hoy a mi puerta y preguntaron por ti, nadie sabe donde estás ni en que momento te fuiste, saliste a correr las mismas tres millas, ahora estás a 25 años luz de aquí, en aquella cama donde diste tantas vueltas buscando unos brazos que te hicieran sentir algo más que no fuere este vacío, cierro los ojos y te veo en algún rincón de aquel astro del que me hablabas tanto.
Yo nunca entendí que eran lágrimas tus estrellas, tu foto un espejo y tu universo un pozo en el que te retuerces de miedo y de frío.
Ya no llores por mí.

viernes, 11 de abril de 2008

y si?

y si me preguntas te diré
eres un crepúsculo de octubre ahogado en cognac y oculto entre libros viejos
y si realmente quieres saber te diré
soy un amanecer con café negro y una camisa de cuadros
y si quisieras averiguarlo podriamos ser la tarde de abril perfecta

lunes, 7 de abril de 2008

Ya no te veo

Entre el vapor del café y el humo del cigarro ya no sé que es lo que empaña los vidrios.
Lo que me levanta en la mañana, lo que arranca mi piel de las sabanas que llevo una semana sin cambiar...una o dos. Pero no eres tú.
Me llamas y cuelgas antes de que pueda contestar, no eres la sombra que se acuesta a mi lado e inunda un pozo que pensé que no tenía fondo. Las lágrimas y el sudor ya no saben a lo mismo.
Vuelvo a pasar mi mano por la ventana, hoy veo mejor como te viertes en otro cuerpo. Entre el humo y el café creo que ya no te veo.

martes, 25 de marzo de 2008

Cuento Express

Hace tal vez algunos años, no creo que hayan sido muchos, solía hacer excusas estúpidas como cualquier niño para salir de clases. En ese entonces era una niña con muchos problemas y sin embargo los maestros me querían bastante.
Pero yo salía de clases con un propósito muy diferente al que tenían los demás niños, no iba de salón en salón para conversar con mis amigos y tampoco iba al intento de tienda que solía vender paletas heladas que sabían sólo a agua con azúcar. Yo me escondía debajo de las escaleras a charlar con una sombra.
Fue curioso como la conocí, un día sin más me dirigía al baño y la vi pasar juguetona, corría por los pasillos y saltaba cantando canciones que en ese entonces no tenían ningún sentido pero ahora que las recuerdo creo que entiendo lo que querían decir. La perseguí hasta que se detuvo debajo de las escaleras y me preguntó porque demonios la seguía y le dije la verdad; no tenía absolutamente nada más que hacer.
Era una sombra como cualquier otra, en realidad no tenía nada de especial, nada más que era demasiado pequeña, exageradamente chiquita, como si fuera la sombra de un enano. Al principio pensé que venía de algún sueño y que se había perdido aquí, eso me ocasionó mucha tristeza; si yo fuera una sombra, que tal vez lo soy, el lugar en el que NO querría perderme sería este pero la sombra era feliz
o al menos eso parecía la mayor parte del tiempo.
Me enseñó a moverme sigilosamente, a espiar a la gente y brincar sin motivo alguno, cuando por fin encontré valor o le agarré confianza pues no me acuerdo bien que pasó primero, le pregunté que diablos hacía aquí, me dijo que buscaba a una niña por que ahí tenía que vivir. Me pareció completamente ridículo, sin embargo le ofrecí que se quedara conmigo. La verdad es que le había agarrado cariño y no soportaba la idea de que viviera con alguna otra persona.
Sí, platicábamos mucho; la mayor parte del tiempo hablábamos de cosas que para las personas no tenían ningún sentido, eso me causó problemas pero la sombra era muy inteligente, nuestras pláticas eran entretenidas. Una vez me dijo que el universo podía caber dentro de la garganta de un gnomo porque las cosas no son lo que parecen ni nosotros somos tan grandes como pensamos que somos, en realidad somos muy pequeñitos.
En fin, ella nunca quiso vivir conmigo, así que nuestros encuentros se limitaban a esos pocos minutos en los que yo podía escabullirme de clases para estar con ella empecé a pasar cada minuto que tenía libre con ella, tal vez por eso no tuve amigos de infancia. La gente empezaba a tenerme miedo porque me veían hablar sola, bajo las escaleras de un edificio demasiado ruidoso como para tener una conversación decente pero así pasé la primaria; el último año antes de pasar a secundaria tuve que despedirme de aquella sombra a la que tanto había amado, mi única amiga de alguna forma
Pasaron muchos años, crecí mucho y después descrecí un poco, pero cambié y me torne irreconocible para todos aquellos que conocieron a la niña de lentes enormes que se escondía tímida a la hora del recreo y que se reía sola. Había cambiado tanto que los niños que se burlaban de mi ahora me miraban indiscretamente de arriba abajo como buscando algo que se les hubiera perdido. Yo ignoré a todos y seguí por la vida, caminando por las calles a veces sola y a veces acompañada de alguna otra alma que buscara en las esquinas un pedazo de alguna promesa de felicidad
Hace unos cuantos días crucé una de esas esquinas y la vi ahí, no había duda alguna, era la sombra que yo extrañaba tanto y que ahora se abrazaba con fuerza a la pierna de una niña. Cuando me acerqué, naturalmente, no me reconoció pero en ese momento estaba tan sorprendida que en realidad no me molesté, me senté al lado de la niña y le pregunté si jugaba a algo en especial. Me dijo que hablaba con su sombra. Iba justo a decir algo pero ella me interrumpió enseguida, me miró muy seria y me preguntó:
"¿Verdad que el universo no puede caber dentro de la garganta de un gnomo?" me reí muchísimo y cuando volví a ver su cara perpleja le contesté
"Eso depende de que tamaño sea el gnomo."

Carta2

Dónde estás hoy mi niña encantada?
Sigues en aquella taza de té sobre la mesa de aquél británico que tanto idolatrabas?
"Regalame uno" me pediste pero yo te daré dos.
La lluvia me bañaba con lentitud en ese entonces, se esforzaba por penetrar en cada poro y lavar los recuerdos que tanto se aferraban a mi piel.
Recuerdas el día que nos volvimos locas?
Un día de los muchos que recogías mi cabello mientras todas mis penas desembocaban en el retrete de al´gun lugar en el que nunca debimos de estar, o una de las muchas veces que me pediste que mirara hacia arriba haciendo el papel de un maniquí nada atractivo y poco interesante. Te esforzaste tanto por maquillar las cicatrices que dejaron el tiempo y la testosterona de ciertos sujetos que prefiero no mencionar. Te matabas una y otra vez con un cincel, esculpiendo la vida que no nos pudimos ganar.
Hoy te digo, fue más que suficiente, fuiste lo que necesitaba, fuiste mi otra mitad. Ahora vete y vuela libre, ahora que puedes vete de esta ciudad.
Te alcanzaré luego.
En la esquina oscura de un bar o en algún jardin donde sólo crezcan las flores que el viento mató ese ´dia en que tu madre se volvió loca y tu te embriagaste de soledad.
Te alcanzaré en una clínica siquiátrica en donde al fin viviremos felices porque nada tendrá que tener sentido, jugaremos con los cubos, hablaremos de verne o de la homosexualidad de Van Gogh. Y en alguna burbuja seremos jovenes por siempre, vagaremos de planeta en planeta hasta encontrar una estrella en la que amar no sea una enfermedad terminal.

viernes, 21 de marzo de 2008

Me quiero perder

Me detuve en una esquina y urgué en mi bolsa. Prendí el último cigarro. Caminé por las calles, pasé una o dos, no lo sé, no recordaba donde estaba ni como había llegado, no sabía quien era.
Mis botas azotaban contra el asfalto, salpicaban los charcos, dejaban marcas de lodo, siempre me hicieron sentir segura.
El centro de noche me parece bastante hipnotizante, me atrae a perderme entre las calles, me invita a no volver jamás.
Escuche voces detrás de mí y uno que otro comentario obsceno. No debí usar falda. Era demasiado tarde.
Me detuve en una esquina, tire mi cigarro y comenzé a correr, las voces se ahogaban en la noche y mis botas se movían sin mi ayuda. Donde estoy? que horas son? como llegaré a casa?
Miré mi celular, no habían llamadas, pasé una y otra vez el directorio...no había nadie
No necesitaba saber donde estaba, no había a donde volver.
Después de todo esto era lo que quería y estaba bien
o estaría bien
cuando encontrara otro cigarro.

Hablame

Tu
de repente sólo espero a hablar contigo
nunca llegas, esperé horas y horas...no hice nada de lo que dije que haría
sacame de este lugar, sacame de mi desesperación
tranquilizame de nuevo
hoy ya no hago nada
Tu
ven por mi, hablame, cuentame alguna historia interesante
te veré pronto, un día de esta semana
no sé que eres en este momento
no sé que me está pasando
me confundes, me llevas y me traes, pensé que sólo era un juego
pero hoy soñé contigo...más de una vez
Tu
no sé que me está pasando
Te necesito

jueves, 20 de marzo de 2008

Otro corazón roto

“Lo siento, no hemos podido hacer nada, le queda poco tiempo aún puede verlo si quiere.”
El pasillo era largo y frío como en cualquier otro hospital, no se porque en ese momento se hizo un nudo en mi garganta.
“Ni siquiera lo conozco” eso me decía a mi misma. El doctor se alejaba como si cualquier cosa, era un simple mensajero, una vida se había agotado y el caminaba como si nada, me resultaba difícil de creer. ¿A que tanto puede habituarse un ser humano? Ni siquiera la muerte puede escaparse de la rutina, supongo que simplemente era un hombre menos, no había nada más que analizar. El verde impecable de su vestimenta contrastaba con todo lo demás, siempre me dieron nausea esas batas, siempre me dieron nausea estos lugares, y ahora que lo recordaba me sentí enferma y no recordaba con precisión el porque estaba ahí, en esta situación, despidiendo a un desconocido y sentí ganas de salir corriendo pero mis piernas no quisieron escucharme.
No había sido simple casualidad que me lo encontrará en la calle esa noche, que fuera el único hombre que no gritó ninguna grosería, no fue una casualidad que entablara una conversación con él.
“Estoy enfermo.” Eso dijo, le pregunté porque no iba a ver a algún doctor.
“No tiene caso” y ahora que me encontraba parada en medio de la nada como idiota me dí cuenta de cuanta razón tenía, nadie pudo hacer nada. Puede resultar un tanto egoísta pero lo único que podía pensar en ese momento era que demonios debía hacer. “…le queda poco tiempo, aún puede verlo si quiere” ¿porque lo querría? ¿Acaso el deseaba verme? Tragué saliva pero se sintió más como una piedra que cualquier otra cosa. Me dí la vuelta y me dirigí hacia la puerta de salida.
“Disculpa, el doctor me ha pedido que te de estos papeles, ocupo que los llenes.”
“Estás equivocada, este hombre no es nada mío, no soy su pariente.”
“Dice que eres su hermana.” Dejó los papeles en mi mano y se fue, ¿Es que nadie en este lugar puede esperar a que la gente reaccione? Miré los papeles, vaya que me había metido en un lío. Tomé un asiento y me dispuse a llenarlos. “A quién demonios quiero engañar, no sé nada de este hombre!” Me dirigí al puesto de enfermería y aventé los papeles. Una enfermera me miró y la escuche murmurar algo ininteligible.
“QUE?!” no era mi intención gritar pero supongo que estaba tan confundida que mi cerebro no alcanzó a modular mi tono de voz.
“Le pido por favor que no grite, este es un hospital. El número de habitación de su hermano es el 103, si piensa ir a verlo le sugiero que lo haga con prontitud.”
Me quedé muda, en este lugar no había nadie con quien entablar una conversación coherente, respiré hondo y me dirigí al elevador.
“Veamos 103, piso uno”
Creo que las piernas me temblaban porque recuerdo caminar con mucha dificultad, cuando llegue a la puerta sentí que estaba haciendo algo que no debía, pero ¿Qué más quedaba por hacer?
El estaba tendido en la cama, lo miré lo que me parecieron horas pero solo fueron unos cuantos minutos amontonados.
“¿Por qué dijiste que era tu hermana? Ahora debo llenar unos papeles, vaya posición en la que me pusiste, no sé nada de ti! Como demonios se supone que...” me di cuenta que estaba hablándole a un hombre que iba a morir en unas cuantas horas.
“No había nadie más”
“¿A que te refieres? Escucha, si me das un teléfono puedo llamar a algún familiar, estarán aquí en seguida y podrán encargarse de todo.”
“NO HAY NADIE MÁS, ES QUE NO ENTIENDES?!” para ser un enfermo terminal gritaba bastante fuerte.
“Pues en realidad lo siento pero debo irme, esto no me corresponde.”
“¡Tu me trajiste aquí asume tu responsabilidad! ¡Yo no te pedí que lo hicieras, pero ahora que lo hiciste debes lidiar con las consecuencias!”
Sí, un enfermo terminal bastante ruidoso e inteligente, debí admitir que tenía un punto, un buen punto, en realidad todo esto fue mi idea. El sabía que iba a morir, yo decidí traerlo aquí cuando se desmayó a mi lado.
“No se como llenar estos papeles, no se nada de ti” Me miró, su mirada me atravesó y sacudió mis órganos vitales, mi cuerpo entró en un estado de shock, me tiré en la silla y por alguna extraña razón empecé a llorar.
“Te pasará a ti también.” Levanté la cabeza.
“¿A que te refieres?”
“Así empieza, puedo verlo en tus ojos, puedo verlo en tu forma de hablar, siempre estás temblando, aún no te haz dado cuenta pero, no es normal.”
“No entiendo a que quieres llegar.”
“Tú también te estás muriendo, sólo que todavía no te das cuenta.”
En ese momento pensé que estaba delirando, que había enloquecido o que tal vez eran de esas visiones que tienen las personas justo antes de morir. No sé porque lo hice pero tomé su mano y le dije que estaba ahí.
“No es una casualidad, no te hablé por equivocación, te vi y lo supe, supe que padecíamos del mismo mal, supe que me traerías aquí y supe que serías la última cara que vería en toda mi vida y la última mano que tomaría la mía.”
“Yo no voy a morir, no duele tanto.”
“Al principio es así, pero te preguntaré ahora ¿Sabes donde está el resto?”
“¿El resto de que?”
“El resto de tu vida ¿Sabes donde está ahora, sabes porque te dejó?”
No supe responder, mi vida me había dejado hace mucho tiempo, no, no es verdad, mi vida la regalé hace mucho tiempo, la intercambié por algo incierto, el tenía razón, ya no tenía nada, ni sueños, ni motivos, no había metas, ni siquiera un lugar en donde estar.
“Ahora entiendes.”
Y es verdad, en ese momento comprendí muchas cosas, comprendí porque estaba ahí acompañando a un extraño en la hora de su muerte, comprendí que finalmente no era tan diferente a mi misma y que los dos habíamos encontrado en los ojos del otro un mismo pensamiento.
“No quiero morir por él.”
“No morirás por él, tal vez no mueras aún, él no será el último, pero todos los que vendrán te irán quitando pedazos y no sabrás quien te quitó que.”
“Nadie va a quitarme nada, nadie nunca me ha quitado nada, yo siempre les he dado todo. No voy a morir de amor”
“No, vas a morir por estúpida.”
Fue lo último que dijo y yo me quedé ahí, efectivamente como estúpida, no entendí porque demonios lloraba, no pensé que le tuviera ningún cariño al hombre que yacía sobre las sabanas demasiado blancas, era toda la situación, era lo más triste que había visto en toda mi vida. Yo no quería morir así, en ese momento sentí una punzada en el pecho, comencé a gritar, entonces todo se volvió nubloso, lo último que recuerdo fueron las luces intensas, el olor a alcohol etílico y una voz vaga que repetía en algún lugar de la sala una y otra vez.
“Otro corazón roto”

lunes, 17 de marzo de 2008

Carta

Hace un frío de los mil demonios, amor mío, donde estas? recuerdas todo?
si fueras hombre serías el hombre de mis sueños.
Hace tiempo te fuiste, hace tiempo que vivo aquí. Como es? es solitario es verdad, pero en realidad vale la pena por sentir el polvo en mis manos.
Es lo más cercano al cielo que conozco, ahora estoy sentada en mi departamento bebiendo café, negro como siempre lo tomé, me acuerdo que nunca lo aguantaste así.
A veces cuando me da nostalgia le pongo baileys, como lo hacía para ti? las nubes me han descubierto riendome sola y ahogada en recuerdos, "sabe a besar a un borracho".
Estoy bien, dentro de lo que cabe mi vida va de acuerdo al plan, había uno? estoy aprendiendo a jugar cartas, pero no soy habilidosa, aun así a veces me divierto con el destino apostando cosas sin valor.
Creo que te mande mil cartas, pero se quedaron en el infinito, supongo que tendrás que recogerlas ahí, y cuando vayas pide un café con amaretto en verdad sabe bonito. Eres la única con la que mantengo contacto, eres la única a la que extraño, eres la única que vale la pena recordar.
La gente siguió su camino, cada cual por su lado, fue cuando decidí volar, me canse de beber vino tinto en mi sala, me cansé de embriagarme sin motivos en ese tipo de situaciones.
Puedo confesarte algo? lo extraño a él, pero nunca voy a admitirlo...no quiero acordarme de su nombre, no quiero saber nada de él...o tal vez si? no me entiendo, tu me entiendes?
En este lugar el mar es bonito, y no tiene arena...si es un alivio para mi..sabes lo mucho que odio cuando se mete dentro de mi ropa interior, quisiera que pudieras verlo, sumergirte en él pero tampoco te lo recomiendo mucho, por lo general salpica muchas lágrimas y terminas empapada de ese sentimiento de impotencia que nos hacía sentir tan estúpidas.
Extraño cocinar para ti, en mi cocina, preprarte cualquier cosa, cuidarte. Eso es algo que la gente nunca entendió de mi, necesito cuidar de algo o de alguien...en fin, aqui tengo muchas plantas y mi madre dice que Kira está bien.
Hace tiempo que no nos vemos, desde el día aquél en que todo fue nublado e incierto. No lo recuerdo bien, tu sí? espero que no...creo que te lastimé pero aún así estoy segura que fuiste la única que respeto mi decisión. siempre supiste lo que quería. Aún recuerdo el color de las pastillas y el color que tomó mi cuerpo una vez que se dejó de mover, aún recuerdo la expresión en el rostro de mi padre, se que no se sorprendió, todos lo supieron, era cuestión de tiempo pero solo tu supiste entender la nota que dejé sobre el escritorio que te enviaron 20 días después, no signifícó nada para nadie, pero era mi canción...
Una canción que sólo tu escuchaste.

Volver a empezar

hoy, el mundo me la pela
.........bien chido

viernes, 14 de marzo de 2008

Todo lo que fui, todo lo que soy

Siempre quise ser un mago; cuando era niña solía practicar horas con una estúpida pelota, no me tomó mucho darme cuenta que sólo era buena desapareciendome a mi misma.
Si realmente quieres saber al respecto te diré acerca de mi vida, si es que se le puede llamar así. En realidad no tiene ningún chiste, nací, crecí y moriré algún día, sigo el mismo ciclo que todos siguen. No tengo nada de especial, no hay un misterio detrás de la niña que duerme en clase.
Si tuviera que describir lo que he hecho toda mi vida, se resumiría a una acción: leer. A veces de verdad pienso que mi vida consiste de diferentes historias que ni siquiera viví. La mayoría de mis recuerdos ni siquiera son míos. Soy la colección desordenada de todos los librso que leí, soy la mezca de sus personajes.
Así crecí, si es que se puede decir que lo hice, hubo un tiempo en el que era más grande y mas mádura que cualquiera en mi generación, supongo que me quedé estancada ahi, el tiempo se detuvo cuando tenía trece años, al menos para mi. En ese entonces desde un rincón de la secundaria a veces me molestaba en levantar la vista de mi libro y veía a la gente crecer, me parecía todo tan estúpido, todos me pasaron de lado.
Quise ser muchas cosas, química farmacéutica, astronauta y escritora, cualquier cosa que pudiera hacer encerrada en algún lado o fuera de este planeta y sobre todo lejos de la gente.
Hoy ya no quiero ser algo, aprendí que independientemente de lo que yo quiera la vida juega conmigo y me refiero a que yo soy el juguete. Así que sólo espero a que se abra alguna reja de la celda en la qeu vivo para irme sin mirar atrás, largarme de este sitio y caminar lo más lejos que me lleven mis piernas. Con lo que tengo puesto y un cigarro en lam ano voy a perderme en la ciudad. No necesito a nadie porque ig ual lo único que me queda soy yo y sólo soy buena desapareciendome a mi misma.

domingo, 9 de marzo de 2008

Ya no hagas nada

La respuesta a la pregunta, es ya no hagas nada. Fue un día esta semana en que mi cabeza decidió que se separaría por siempre de mi corazón, y ahora me dice. "Ya no hagas nada"
Que si me deja? y la mente responde de nuevo. "Dejalo ir."
Y es así, el día de hoy creo poder aceptarlo, no se qeu sea yo en tu vida, tu en la mía? no quiero ni empezar a explicar. Pero ahora que mi cuerpo aceptó la pérdida de aquel ente me doy cuenta que fue como un virus. Se implantó en cada celula y enloqueció el sistema, eso fue todo. Eso fue todo. Es lo que intento creer.
Tal vez simplemente me cansé de hacer excusas por él. No tiene sentido, ni siquiera tiene caso hacerlo, el resultado será el mismo. Así que hace una semana decidí agarrar cinta de aislar y dejé mi corazón en alguna calle, amarrado a un poste o debajo de un semáforo, ya no lo quiero devuelta. Muchas veces me dijo que no tomara decisiones atarantadas. No lo haré, no haré nada.
El ya no quiere estar contigo, son las frases que me trae el aire, antes entraban por mi ventana y me hacían llorar horas, hoy puedo verlas golpearse contra el vidrio.
Ya no me importa. Porque independientemente de lo que puedas sentir, te amo. No sé cuanto dure, no sé que suceda, las cosas simplemente son así. Pero me queda el consuelo de que ahora cuando me das la espalda puedo pensar que no importa que tan lejos o que tanto tiempo desees irte de mi lado, volverás algún día.
Tengo tu nombre tatuado en mi cuerpo y tu voz es un eco que se repite constantemente en mi mente, tu silhueta es lo único que logran distinguir mis ojos entre una multitud y entonces comprendo que debí haberme vuelto loca. Loca para sentirte hasta en la partícula más diminuta del aire que exhalaste y loca para atesorarla como si valiera millones, loca para guardarla en los rincones de mi memoria para sacarla en esos momentos en los que no se que hacer conmigo misma solo para sentirte ahi. Loca porque se que en tu cabeza mi nombbre es un suspiro, mi cuerpo una sombra y lo que siento por ti...y lo que siento por ti...ni siquiera lo puedes asimilar.

jueves, 6 de marzo de 2008

Tal vez seas tu

Fue cuestión de un instante. Eso lo adiviné. No tenía otro tipo de explicación, miré a la nada y esperé a que llegaras, te perdí hace tiempo, eso también lo adiviné.
Aún de vez en cuando me llamas y puedo escuchar el eco de tus palabras en la noche.
"Como estás princesa?" Te tomó tiempo no es verdad? te tomó tiempo comprender que no era una princesa, ni siquiera una dama distinguida. No entiendo bien como fue que llegué a tu vida, como de una noche a otra terminé en tus brazos, como ni la distancia ni el tiempo importaron en ese momento en el que lo húmedo de tu boca se mezcló con el vapor que emanó de mi cuerpo.
Te amé, sobre los sillones de tu camioneta, a pesar de la fotografía de tu esposa que seguramente colocaste en tu cartera esa mañana antes de salir. Fue cuestión de un instante lo que me tomó desaparecer entre el contacto de tus dedos contra mi espalda, supongo que ninguno de los dos recuerda nada y para ser sinceros tal vez sea mejor así, no tiene caso escarbar en los escombros de lo que se llama amor vulgarmente buscando algo que se perdió el día en que el claxon de tu carro dejó de sonar bajo mi ventana.
A veces, en especial cuando llueve recuerdo aquellos días que pasé en tu estudio escuchandote perfeccionar una y otra vez la misma canción, recuerdo las curvas de tu guitarra que podían mezclarse con las mías siempre y cuando lloviera fuerte.
Fue cuestión de un instante entre el dolor y el deseo que terminaron siendo uno al chocar en tu cuerpo, fue cuestión de una carta, de decir lo que nunca habíamos dicho, fue cuestión de aquel beso que nunca nos dimos porque tuvimos tanto miedo de apostar y perder.
"Quiero sentir tu cuerpo." pero en tu mente lo sentiste más de un millón de veces, y aún en las noches cuando el viento no habla puedo escuchar el murmullo de tu guitarra dedicarme esa canción.
"Tal vez seas tu"
Tal vez sea cuestión de ese instante, En el que tus labios rozaron mis mejillas como si nada nunca hubiera pasado, pero ahora que lo recuerdo bien...nada nunca pasó.

miércoles, 27 de febrero de 2008

¿Lo recuerdas?

¿Te acuerdas de como era todo al principio? Creo que yo no, a veces tengo pequeñas memorias, detalles más que nada. Recuerdas cuando eras el niño que venía dormir a mi cama cuando tenía miedo? no recuerdo en que momento cambiaron las cosas, sólo se que fue una lenta evolución, ahora soy yo la que te pide que me cuentes cuentos.
En algún lugar del tiempo, dejaste de ser un niño y te convertiste en un hombre en el que puedo depender, más que en cualquier otro. ¿Nunca me harías daño verdad?
"Yo te protejo"
¿Te acuerdas, Daniel, de aquellos fines de semana que pasamos armando figuras amorfas con lo que teníamos enfrente? ¿Recuerdas nuestros juegos de soldados? ¿Los días del super nintendo? ¿Recuerdas las películas primero de Disney que se transformaron en películas bélicas o en sangre de todo tipo?
¿Me recuerdas antes de estar enferma?
"Eres lo que más quiero en esta casa"
Nunca te ovlidaré, nunca olvidaré lo que dijiste ese día en el que todo salió mal. No eres cualquier cosa. Ese día mientras la gente huía despavoridamente tu estabas ahi, no te había visto llorar en un largo tiempo, ese día las lágrimas eran un constante río sobre tus mejillas y cada gota que caía en tu camisa era como un cuchillo que me atravezaba el cuerpo. Pero estuviste ahi, donde nadie más estuvo, pusiste tu gameboy en mi maleta y entramos juntos a la sala de emergencia, me contaste un chiste o mil mientras se añadían tubos a mi cuerpo.
¿Dime como lo hiciste? Porque juro que aún no entiendo como te transformaste de aquel mocoso molesto a quien creía odiar al hombre que mas amo y respeto en esta vida. Explícame como ahora yo soy la mocosa molesta y tu el adulto ¿en que momento fuiste tu quien me tomaba de la camisa para cruzar la calle?
Ahora te veo, sentado en el sofá con un control en la mano, te veo salir con tus amigos, te veo con una cerveza en la mano. Ahora eres el hombre que va al gimnasio todos los días, el acrobata que puede saltar los tejados, tal vez seas un simple muchacho pero para mi eres invencible.
Hoy en especial, que nos encontramos uno al lado del otro viendo cualquier cosa en la tele, recuerdo en especial aquél día en que te defendí de un estúpido niño gordo en la primaria, las veces que estudiaba horas contigo, los días que tanto te grité...
No se en que momento te convertiste en mi amigo, en que momento fuiste mi confidente, no recuerdo en que parte de nuestras vidas las cosas se volvieron tan complicadas.
Los días cuando me decías "espero que te mueras"....y los días cuando dices "si te hace llorar lo mato"

jueves, 21 de febrero de 2008

Ya no eres nada

Si las calles pudieran verme ahora. Debajo del cielo gris donde las lágrimas y la lluvia son solubles con la luz de la ciudad. Si pudieran escucharme ahora, si yo pudiera volver a perderme entre las líneas punteadas.
Ya no soy la misma persona.
No volveré al abismo ni cruzaré avenidas deseando no llegar al otro lado. El viento tiene razón, es hora de crecer pero las calles lo miraron con desprecio.
La ciudad siempre vio dentro de mí, reconoció los sentimientos urbanos, me clasificó como una más. Nunca me gustó ser común, nunca me sentí tan estúpida.
La casa no tuvo nada que ver; fueron los edificios y la presión atmosférica los que me dieron una forma más o menos definida. Y aunque suene absurdo, con el humo del cigarro respiré mejor.
Tal vez fue el color gris del barrio de la razón lo que se mezcló con la sangre y me ayudó a entender que quería, pero sé que no tuviste nada que ver. Fuiste una sombra en el día, hoy el roce de tu oscurdiad no me afecta en lo absoluto.
Mis botas contra el asfalto, mis ojos contra los tuyos.
Ya no puedes lastimarme.
Jamás volveré a pelear contigo, no vales la pena. Algún día lograste dividirme pero en tu ausencia el ruido de los carros volvió a unirme. Soy más fuerte.
¡Ya no eres nada! le grito a la noche una y otra vez, aquí es donde me despido. El viento y yo emprenderemos el camino de plomo y de acero, cuando vuelva a ver de frente aquel hoyo negro simplemente lo pasaré de lado.
Voy a encontrar mi vida lejos de la tuya y de tus ideas de perfección en las que nunca encajé. No cicatrizo rápido pero las heridas sanarán y volveré a casa.
Cuando vuelva a ver de frente aquel hoyo negro simplemente lo pasaré de lado.

sábado, 16 de febrero de 2008

A las personas que amo:

No sé que quiero. Quería ser perfecta, eso era lo que quería. Quería poder sentirme digna de tener a alguien a mi lado y de que esa persona se sintiera orgullosa de mi. Se puede acaso?

Supongo que hay algo enfermo en mí, es la parte psicópata de mi cabeza. Yo sólo quería ser feliz, lo único que recuerdo es que alguna vez sentí que lo tenía todo, ahora creo que no queda nada, nada bueno en mí, nada que valga la pena explorar o descubrir, nada que pueda hacerte quedarte a mi lado.

Soy un fiasco, hay algún otra palabra? Tal vez el problema reside en no saber explicar lo que siento pero finalmente tienes razón, nadie tiene que entenderlo no es su problema. No tiene porque importar. No tengo porque importar.

No soy completamente inservible supongo, pero hay algo, algo que está presente y que pica. No quiero ser una nada y sin embargo, no creo ser algo significativo. A veces pienso que soy un adorno en la vida de aquellas personas a las que les gustó un poco el color, pero supongo que no pasa de eso. Es lo que siento. Me imagino que ahí radica el problema, sin importar que tan real sea lo que sucede en realidad de que sirve si no lo siento de otra forma.

Enseñame, enseñame las cosas buenas que ves porque en realidad yo no las veo, yo no veo nada. Quería llenarte, quería ser grande y suficiente, quería que me vieras y que dijeras, amo a esta persona por lo que es quiero que siempre esté a mi lado. Pero cada vez me hago más y más chiquita, no sé como detenerlo.

Ayúdame..nunca quise pedirte nada, pero si te pierdo...ante eso el orgullo vale nada.d
Simplemente ayúdame.

viernes, 15 de febrero de 2008

Secretos de mi Libreta

Esto lo encontré en mi libreta por ahi perdido, ni me acordaba que existía

Cuando era niña leí en un libro de sueños que si contabas las mismas nueve estrellas, pedías un deseo y contabas las mismas nueve estrellas durante nueve noches seguidas, se consedía.
Tal vez nunca deseé nada tanto porque recuerdo pedir cosas qeu nunca se cumplieron. Hace tiempo deje de creer en los deseos prefiero hacer las cosas yo misma, sin embargo hay cosas que no dependen de lo que puedas hacer, simplemente no están en tus manos.
A veces volteo al cielo y cuento las mismas estrellas, es tan difícil no intentarlo.
No recuerdo haber deseado algo de tal forma jamás.
Me perdí en tus ojos pero tus manos siempre me recordaron donde estaba. A veces te miro y me pregunto si en tu desorden de cabeza te haz dado cuenta que te pertenezco por completo.
Hoy es mi cumpleaños y por cada vela que apague desearé tu cuerpo y tus labios.
Por cada estrella que cuente girtaré tu nombre.

lunes, 11 de febrero de 2008

Lo que dijo tu cama

Las sabanas se sentían frías debajo de mis manos, él temblaba. La cama giraba a veces, otras veces se quedaba quieta y me dejaba sentarme a tu lado. Volaba por rincones del mundo y se ocultaba detrás de la plica de una corchea. A veces esperaba a que despertaras otras veces comenzaba a bailar sin ti. Yo fui testigo. Era la cama la que me invitaba a la fiesta en donde tus manos ya no sabían que decir y tu pelo se embriagaba sin medida. Me metí en la noche, me acosté en las horas que pasé de arriba a abajo sin atreverme a hacer lo que hizo ella sin pensar.
Me escondí en el humo y me mezclé con las paredes que gritaban tanto que temí que te fueran a despertar, a ti y a la chica que dormía a tu lado. Lo lograron, tal vez fueron las paredes o tal vez fue mi cabeza que lloraba desesperadamente buscando el pedazo de pulmón que se me había caído en algún lugar del baño y que encontré cuando por fin bajaste las escaleras. No creo que recuerdes nada, pero ahí seguía la cama expectante, mientras tus ojos jugaban con el piso, mientras tus piernas buscaban un lugar oscuro en el cual estar a solas con la silla. Recogí dos botellas más antes de que tu risa hueca me anunciara que algo estaba mal contigo. Nunca supe que fue, tal vez por no opacar el recuerdo de tus labios contra mi mejilla o tal vez fue porque en verdad quise creer que tu malestar no iba más allá del estar alcoholizado ¿De qué otra forma me besarías?

A veces cuando recuerdo esa noche me imagino todo lo que tu cama te hizo confesar cuando la casa se quedó vacía, después de jugar apostando tragos baratos no puedo pensar que se lo perdería, desde la sala la escuchaba temblar esperando el momento en que estuvieran a solas.
Yo nunca he...supongo que se divirtió viéndote tomar el resto de la noche. Pensaste en ella, en las personas que amaste, las que no pudiste amar y las que no te amaron de vuelta. Te inundaste de recuerdos, te ahogabas entre lágrimas y alcohol etílico. La cama fue tu hombro, yo sólo fui testigo.
Esa noche dormí en la última letra de tu nombre partiéndome la cabeza por encontrar una forma de ganarle a la mujer que vive en tus fantasías, de hacer que tus ojos brillen de la forma en la que lo hacen cuando pasa aquella chica por tu casa.
Esa noche pensé en ti. Esa noche, la noche que siguió a esa y todas las demás. Todas se rieron en mi cara porque mientras yo te deseaba a lo estúpido pensaste en todos menos en mí. Alguna vez alguien me dijo que el amor no valía la pena.

Ayer me levanté en una cama que no era la tuya, medio desnuda recogí con cuidado los restos de alcohol que quedaban en mi mente y los puse en la basura, intenté juntar mis pedazos y retocar mi dignidad. No tengo que decirte lo imposible que resultó, con tu cuerpo derramándose en un sillón de la sala no pude hacer otra cosa que divagar entre las paredes y los restos de colillas de cigarros que se acumulaban en los rincones de un piso demasiado liso. No lo vuelvo a hacer, me lo he dicho tantas veces pero esta vez pretendo que sea la última. Ese día tu cama no me advirtió nada, te fuiste con la chica delgada y me dejaste gritando tu nombre mil veces a la noche. Sólo quería que tomaras mi mano y me devolvieras algo de la vida que te di. Pero no fue así, no fue un cuento mágico, ni siquiera hubo un desarrollo, no hubo un comienzo ni un desenlace, fuimos tu cama y yo peleando a muerte por un papel que no nos corresponde a ninguna de las dos. Fue un chiste obsceno el pensar que alguna vez pude creer que tenía una oportunidad a tu lado, que podría cuidar los rizos de tu pelo y aliviar tu dolor de cabeza. Tu cama me odió por eso y yo la odié de vuelta, pero ambas lo olvidamos el día en que tus manos se cruzaron con las de ella.

A veces podía entenderte, me tomó tiempo comprender que realmente no era necesario, no dijiste nada porque todo estaba dicho, o quizás ya no había nada que decir.
Ahora tu cama y yo nos llevamos bien. Me habla de ti cuando hace frío, me cuenta de tu música, de tu cuarto y de la vida antes de conocerte. Siempre viví contigo, hoy todavía no te das cuenta. Dijiste que nunca sería suficiente, pero yo ya no quiero nada que tú no me puedas dar.
La gente duele y el amor no vale la pena, ahora lo sé, sé que no es justo que tu pánico lo calmen las sabanas mientras yo estoy sentada a tu lado. Cuando estás triste es cuando me doy cuenta que la vida está torcida, que el mundo es una hora y yo soy un fantasma porque no importa cuanto te ame te atreves a decirme que estás solo.