domingo, 28 de febrero de 2010

mártir de amor

Cigarros de noche.
Alejandro Filio para el amanecer, sin ti.
Porque estás y porque no, ¿por qué no?
Me preguntas y te canto,
Me reclamas, me levanto y hago una que otra estupidez,
para que me sigan tus ojos
y tu voz me bese toda la noche.
Por una vez me siento mujer,
amada y hermosa.
Mártir del amor,
gracias por tu voz,
gracias por las noches de luna
en las que si no estuvieras tú,
no haría otra cosa que llorar.

martes, 23 de febrero de 2010

por aquí paso

Me río,
Te ríes.
Me hablas,
Te escucho.
Me ves,
Te imagino.
Me llamas,
Te miro.
Me prendes,
Te aviento.
Me abres,
Te dejo.
Me escribes,
Te espero.
Te duermes
despierto.

ni sí ni no

Ayer soñé contigo, no puedo con esto.
Más de una vez éste mes he pensado en hablarte, verte, decirte todas esas cosas que nunca te dije. A menudo me pregunto, si me fuera a parar enfrente de tu casa, si saludara a tu perro y me ladrara de nuevo con familiaridad....¿que haría? explícame que haríamos cuando nos tuviéramos frente a frente y no nos pudiéramos decir absolutamente nada, porque ya pasó el tiempo o porque no pasó, porque ambos sabemos que una palabra bastaría para volcarnos el pasado encima.
Tú nombre está maldito, no sabes con cuanta ansiedad te tengo dentro, las letras de cada pensamiento acomodándose en tu lugar, quiero gritar tu nombre, no, quiero gritar por ti. Pensar que te tuve frente a mi hace unos meses, pensar que estuviste conmigo, que te sentaste en mi cama, que viniste a mí ¿por mí? no lo sé. Sí no dije nada es porque en el momento pensé que tú tenías algo que decir, te fuiste de nuevo, nos quedamos igual.
Quiero decirte que no te extraño, es imposible extrañarte. Te llevo en la piel, mi primer error cuando te fuiste fue convencerme de que te olvidaría, hace poco me di cuenta que ni cien amores, ni mil situaciones, ni el tiempo, el espacio podrían separarme de ti, de tu boca y de tu pelo que me late por dentro. La solución nunca fue olvidarte, fue acostumbrarme a vivir así.
Fuiste y siempre serás mi primer amor, en mis dedos cargo tu voz, en mis piernas tu música y tu falta de sobriedad.
Eres religión.
innegable.
eterno.
Una palabra tuya bastará para renunciar a todo y volver a ti.
Porque no puedo olvidar como te di mi vida, aún tienes mi corazón amarrado al cuello, pero mi amuleto sigue siendo un nudo en la garganta.

miércoles, 17 de febrero de 2010

de más

A partir de este momento me declaro completamente incompetente respecto a todos los sentidos de la vida. Desde este punto en adelante mis palabras serán basura, retazos de piel que quedarán de esta guerra. Me preguntas ¿quién soy?, pero sólo haría flata una mirada para darte cuenta de la verdad: Nada. Y el misterio no existe, y yo no soy nadie soy nada per tú no eres todo. Tengo amarrado al cuello el único testigo de mis noches en vela, mi color favorito es el blanco. Esa es la historia, la historia es que a partir de este punto no puedo seguir adelante, arrastro las piernas para untarme de la ceniza que dijiste traerías mañana, no hay un mañana, existe el ahora, el ya, lo inmediato, lo jsutamente injusto y este piso y este cielo que son testigos de un punto que se desvance en la tierra. La vida es así, llena de oleajes de aire desno qeu te detienen en seco, me detienen en seco,
para hablar de mí.

La historia de mi vida no tiene absolutamente nada de interesante, es la historia de una muerte prolongada y ahí paré de contar, desde este punto en adelante, lo que puedas pasar está de más.

ofuscación nocturna

Estoy harta.
Perdida en todos los rincones donde se acuesta el sol
e irreflejada en todos los espejos del mundo.
Invisible,
ópaca,
muerta.
Soy una estrella que ha perdido su luz demasiado pronto,
soy esa nube que estorba al alba.
Si hace frío me encuentro a mi misma revolcada entre el polvo
y escribo cosas sin sentido,
sin estilo,
sin vida.
Hay atardeceres perfectos
y hay otros que no valen madre.

martes, 9 de febrero de 2010

Otro intento fallido

Hablemos de sexo, de ti y de mi. De nosotros.
Hablemos de esas miradas que penetran a fondo,
De estas caricias que nunca llegan a nada,
de el eterno vaivén de nuestros gestos.

Hamblemos de sexo,
de como este silencio imperpetrable llama,
grita en torno a nuestros cuerpos que nunca se tocan,
el beso que nunca nos damos,
de esta huída y este perseguir interminable.

Hablemos de sexo y este fuego que consume
de nuestras mentes cada sutil pensamiento
en el que fortuitamente se atraviesa tu nombre
y se clava en mi pecho como un puñal violento,

Hablemos de esto y que nuestros labios no engendren
palabras, que tus ganas de mí y este fervor incontenible
nos coman, que de las puntas de tus dedos emane pasión.

Hablemos de este ir y venir de tus manos
por mis muslos que se alejan abruptamente.
Tengo ganas de verte pelear en mi contra
y al final ante tí rendir mi última esencia.

Hablemos de sexo, de ti y de mi. Nosotros.
Digámonos todo lo que nunca se ha dicho.
Habláme de mí hasta que te tiemblen las manos
Hablemos de sexo o mejor quedémonos
callados.