sábado, 26 de abril de 2008

Fragmento de una carta (2002)

...había olvidado que te prometí que te escribiría sobre mí, bien escribir es lo que se hacer mejor, al menos eso creo. No sé cómo realmente sólo empiezo a escribir y las palabras se convierten en sentimientos y todo fluye, es como un río dentro de mi que desemboca en una hoja de papel.
Supe escribir antes de saber hablar, fui esa niña que nadie aguantaba porque rayaba todas las paredes, hacía cosas sin sentido, garabatos cualquiera pero yo juraba que decían algo, al menos para mi significaban algo. Aún hoy hago lo mismo, para serte sincera no sé que sería sin una libreta y un lápiz o una pluma. No es un secreto que nunca tuve muchos amigos, y nunca nadie tan fiel como mis miles de libretas, pero más que amigos son mi mundo, es mi mejor intento por vivir fuera de los ojos de los demás, no sé si lo entiendas.
Verás, sé que no podrás entenderlo todavía pero trata de creerme cuando te digo que mi vida nunca fue mía. Mis libretas decían todo acerca de mi y de mi mundo. Por decirlo de otra forma, lo que escribo es lo que de verdad soy, el resto es una pantalla, una máscara que uso para merodear por el mundo y hablar con las personas. Precisamente por eso es tan importante, vivo dentro de lo que escribo el resto es un personaje que asumo, y cambia de acuerdo a la situación. Verás, siempre he intentado inventar toda clase de historias. No te miento, he empezado como mil cuentos y novelas, pero lo raro es que nada de lo que invento me sale bien, no soy la clase de escritora que puede crear mundos mágicos con toda clases de cosas fantásticas en ellos.
Soy la clase de escritora que escribe porque tiene que vivir de alguna manera, escribir es mi forma de ser auténtica, el único momento en el que soy yo y nada más.

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