jueves, 16 de octubre de 2008

Ana

A veces me mira desde la ventana, es una sombra en el día, en la noche un fantasma. cuando se recarga en el alfeizar la siento en las rodillas, un temblor indefinidamente melódico que termina de rechinar en los dientes, si la dejo me quiebra y con todo y todo...a veces la dejo. De noche su mirada se reproduce en muecas de una boca torcida y yo sé que se ríe de mí, de mi intento inútil de verme bien, de mi gasto energético y mi disfraz de mujer. Y tiene razón, no soy yo en zapatos de tacón la que se esconde cohibida o la que evita la comida...la que vomita después. Ella se ríe porque sabe que soy y que no soy, porque le gusta sentarse y observar, emitir juicios en el tiempo. Ella es el caos en el orden compulsivo, es la figura que se detiene en sus vaivenes a mirar y gritar, gritar tan fuerte. Yo no puedo simplemente no escuchar, yo no puedo apartarme de su abrazo, ignorar su voz, ni olvidar ese cuerpo del que soy sombra en el día, ni esos ojos que me miran como a un fantasma en la noche, cuando su boca se tuerce y en su mirada perdida a veces reconozco mi propio reflejo.

No hay comentarios.: