jueves, 9 de octubre de 2008

Presente de Otoño

Fue un octubre en que la escuché decirle por primera vez a alguien algo así.
"Te regalo la luna, pero déjala ahí para que todos la vean."
La miró y sus ojos brillaron como no los había visto nunca, después de eso se la dijo a mi padre y volvió a repetirlo varias veces más, nunca me lo dijo a mí. Yo entendí en ese momento que no regalaba la luna en sí, regalaba lo que estaba viendo, le regalaba el sentimiento... le daba la frase y su connotación, era más que un contexto.
Alguna vez leí que las cosas que se tienen, las que se ven y las que se aman pierden sentido cuando no tienes con quien compartirlas, y creo que es así...
Después de ese octubre regalé la luna, y regale la lluvia y el viento, regalé flores, frases, miradas y pedazos de libros.
Después de ese y varios otoños más era inminente que te conociera, que me vieras, que te viera, que leyera tus ojos, que comprendieras mis metáforas y me entendieras así, me quisieras así, a pesar de mí y a pesar de ti y de las circunstancias.
No te ofrezco explicaciones, y tampoco te he dado mi magia... pero sé que puedes sentirla.
No te ofrezco algo concreto, ni te doy mi cuerpo ni te doy mi alma... puedo compartirla.
No te pido más de lo que puedas dar y no necesito más de lo que espero.
Y sin embargo
cuando yo quería la luna tú me has dado el cielo entero.

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