miércoles, 28 de mayo de 2008

Cuatro muros

Cuatro muros que van tragándome de a poco, me miran inquietos, me esperan. Cuatro muros que escuchan mis historias sin sentido y se van cerrando cada vez más, a mi alrededor, conmigo, no sé.
Cuatro muros y una ventana pintada en la mitad, la gente pasa y las persianas no se cierran jamás. Me desvisto y miro lo que podría ser una calle eterna, correr tan lejos tirada en la cama. El suelo y sus rompecabezas interminables que ya son tan fáciles de armar, los muros curiosos no pueden dejar de ver, la ventana impaciente espera.
Cuatro muros, una ventana y un balcón a medio abrir. La calle interminable y el árbol de enfrente. Baja, corre, grita, besa y vive de una vez.
Cuatro muros envidiosos que me miran con rencor. La casa se cierra más y más, sus rejas se alzan en defensa de la ciudad y su gente, no te espero. No te espero ni un minuto más y corro tan lejos tirada en la cama…

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